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Desenredando el misterio

El misterio que rodea la muerte de Jorge Eliecer Gaitan ha sido un proceso de atar cabos que quedan sueltos, de analizar su vida, historia y los hechos que rodearon el caso. En esta infografía se evidencia una investigación a fondo de los antecedentes políticos,  la cronología y ubicación exacta de donde ocurrieron los hechos. Para navegar solo dale clic a los íconos que ves dentro de los post it, no afectará el orden por el que empieces, todo está conectado. 

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¿QUIÉN MATÓ A GAITÁN?

El hombre detrás del billete de mil pesos

“Mi padre es importante, no porque lo mataron, es importante porque vivió, y la gente tiene una obsesión en hablar del 9 de abril y no habla de la parte importante de Gaitán, la cual fue su vida, su lucha, sus ideas, sus aportes a la teoría política colombiana e internacional”, Gloria Gaitán.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡A la carga! ¡Contra la oligarquía!, fue la característica frase de aquel hombre de aproximadamente 1,62 metros de estatura, de piel morena, contextura robusta, cejas delgadas, ojos almendrados, nariz chata, orejas puntiagudas y su peculiar peinado hacia atrás, que aún parece hacer eco en los oídos de los colombianos.
 

Parado en una plaza en todo el centro del Capitolio Nacional, frente a millones de personas gritando y proclamando su nombre, estaba Jorge Eliécer Gaitán, vestido de traje y corbata, dando uno de sus apasionados discursos. Gaitán siempre fue considerado como un orador innato, pues sus variaciones de tono, manejo de silencios y sentido del humor lograban generar emoción y empatía en el pueblo.

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La familia, “el núcleo de un futuro líder”

Se dice que “el negro”, como le llamaban de cariño, nació en una familia muy humilde y que vivía en extrema pobreza, pues provenía del popular barrio Las Cruces; sin embargo, la verdad es que a pesar de que no creció en una familia acomodada, sus padres tenían ingresos estables y para ese entonces Las Cruces era considerado un barrio de clase media progresista.
 

Eliécer Gaitán Otálora tenía sus ideales sólidos como los cimientos con los que se estaban construyendo las calles del barrio Las Cruces y donde junto a su esposa, Manuela Ayala de Gaitán, conformaban una familia de seis hijos. Nadie se imaginó que uno de sus descendientes, el mayor, tendría el inconformismo de su padre, el poder natural de atracción de su madre y que en un futuro se convertiría en el mayor representante de “la voz del pueblo”, Jorge Eliécer Gaitán desde que nació tenía el potencial de cambiar radicalmente la historia de Colombia.

 

Manuela Ayala era una de esas madres que no se conformaban con la mediocridad, gracias a ella Jorge Eliécer Gaitán logró dar sus primeros pasos al mundo académico y aunque las dificultades económicas a veces se asomaban en el hogar de los Gaitán, Jorge Eliécer logró cursar la primaria sin dificultades para luego terminar sus estudios en un colegio donde los ideales liberales eran la filosofía de la institución. Simón Araujo, se llamaba aquella institución que vio al entonces pequeño caudillo, reproducir ideas liberales que veía en su hogar y de su padre. Se graduó de bachiller a finales de 1919. La vida sería dura, en especial para aquellos que como Gaitán defendían la clase obrera, la clase olvidada, la clase trabajadora.

 

De sus padres heredó no solo sus ideologías políticas, siendo Eliécer Gaitán, su padre, un liberal radical, sino que también heredó de su madre Manuela Ayala la disciplina e interés por el estudio, pues desde muy pequeño su madre, quien era profesora de escuela, hizo hincapié en la importancia de formación de su hijo. De ahí que Gaitán desde sus inicios obtuvo numerosos reconocimientos, fruto de su esfuerzo, lo que le permitió ganar una beca en el Colegio de Araujo, culminar con éxito su carrera de abogado en la Universidad Nacional de Colombia y conseguir que su tesis de doctorado en jurisprudencia en Roma fuera laureada. “Mi padre en su gran pobreza tenía un contacto con el mundo intelectual y científico que le permitía tener conciencia de lo que era la pobreza en la que vivía y a mí me maravilla que después de tener tanto éxito como penalista no se hubiera engolosinado de seguir en la academia, sino que decidió alejarse de todo eso e ir hombro a hombro con el pueblo", menciona Gloria Gaitán, hija de Jorge Eliécer Gaitán, en una entrevista en video realizada por Contagio Radio.

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La universidad y la materialización de su Bogotá ideal

En esa época en la que dejaba atrás sus ideas de niño, se materializaba un tiempo en el que su potencial sería la guía con la que emprendería el camino como vocero del pueblo. En la universidad Nacional, el joven Gaitán descubrió nuevos mundos y opiniones que le harían comprender más acerca del funcionamiento del sistema, las opiniones diversas junto a estilos de vida y contextos distintos a los que él acostumbraba vivir.

 

“El pueblo es superior a sus dirigentes”, afirmaba Gaitán, pues más allá de ser abogado litigante, se convirtió en un gran líder popular colombiano, siempre dispuesto a escuchar al pueblo, siendo defensor de causas populares y de los derechos humanos, de los derechos de los trabajadores y convirtiéndose incluso en representante en la investigación sobre la Masacre de las bananeras contra la empresa United Fruit Company.

Su capacidad profesional le permitió destacar. En un homenaje a Jorge Eliecer Gaitán, realizado por Ítala Liendo Luzardo, el periodista Elmer Niño manifestó sobre él caudillo: “la primera batalla penal la libró contra las compañías transnacionales, conocidas como United Fruit Company. Soldados colombianos cumplieron la orden de desalojar a los empleados y obreros que ocuparon las tierras. Como fiscal del Ministerio Público asumió la defensa de las víctimas. Se le bloqueó la investigación, le quitaron presupuesto para continuar su labor. Sacó dinero de su bolsillo para costear viajes. Los pobres lo veían como el abogado de los humildes. Vino el juicio. Dio nombres y apellidos. El Ejército resultó culpable de la masacre”.

Aquel liderazgo y persistencia fue la que le permitió llegar también a ocupar altos cargos públicos, siendo Alcalde de Bogotá, ministro de Educación y ministro del Trabajo, entre otros, pues apenas volvió de Roma de su doctorado fue elegido como representante a la Cámara. Gaitán siempre fue un hombre muy activo y que buscaba mantenerse informado, estudiando y ejercitaba continuamente su cerebro pues se dice que tenía una máquina para hacer ejercicios de vibración en el cerebro, además de ser un apasionado del deporte, caminaba y hacía alpinismo e incluso usaba un aparato de gimnasia pasiva abdominal.

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Gaitán: el caudillo que causó la mayor revolución

El caudillo fue un fiel partícipe de causas sociales, prestando su apoyo tanto a movimientos estudiantiles como a movimientos en pro de la mujer. Gloria Gaitán, su hija, en entrevista con señal Colombia dijo: “mi padre era inmensamente feminista. Pero no por un sentimiento como los de ahora que dicen: ‘es que a mí me encantan las mujeres… Fulanita de tal es tan bonita’, y entonces en ese momento, como es bonita, la nombran estadista. No. Mi padre era filosóficamente feminista, sociológicamente feminista y sicológicamente feminista…” Razón por la cual Gaitán planteó en la Cámara de Representantes la necesidad de otorgar la igualdad de derechos a la mujer.

Encabezó manifestaciones en contra de la corrupción haciéndole frente al discurso de la oligarquía, por lo que se consideraba que era un hombre con ideas innovadoras para su época. Ideas muy marcadas desde su pregrado con su tesis titulada “Las ideas socialistas en Colombia”. No obstante, su visión del socialismo estaba aislada de la visión socialista comunista, pues no compartía el determinismo económico ni materialismo histórico. Razón por la que, según su hija, el Partido Comunista, que responde a la línea comunista proveniente de Moscú, no lo quería.

Muchos no estuvieron de acuerdo con sus ideas, pues fragmentaba totalmente las ideas de la época, teniendo en cuenta que su inclinación era por la democracia directa y rechazaba la democracia representativa de ese entonces, pues su mayor interés siempre fue que existiese un gobierno del pueblo y para el pueblo, impulsando iniciativas para que los cargos públicos no tuvieran sueldos altos frente al resto del pueblo y para democratizar el crédito bancario.

Su empatía y cercanía con los intereses del pueblo ha hecho que el gaitanismo permanezca a través de la historia con la difusión de sus ideales. “Mi papá, junto con Bolívar, han sido los únicos políticos de la historia de Colombia que han planteado el cambio de sistema, porque Bolívar planteaba acabar con la monarquía para instaurar una república y mi padre planteaba acabar con la democracia representativa para instaurar una directa”, afirmó Gloria Gaitán en un foro en torno a Jorge Eliecer Gaitán realizado por la Universidad Católica de Colombia.

A pesar de su carácter revolucionario y crítico, fue un hombre pacífico y mediador, teniendo en cuenta que aceptó sin problema la unión nacional entre liberales y conservadores propuesta por Mariano Ospina y reclamó desde la plaza pública la intervención activa del Presidente de la República para poner fin a la violencia contra los pacíficos e inermes liberales, a pesar de que la respuesta fue negativa, con un incremento de la violencia cuando se acercaban las elecciones de 1947, que el conservatismo necesitaba ganar desesperadamente.

Sin embargo, esto no quiere decir que no fuese un hombre exigente y cuadriculado. Gloría Gaitán asegura que "él nunca fue alcahueta, era muy exigente. Nunca me controló mis tareas, pues consideraba que era responsabilidad mía. Mi padre me enseñó a leer correctamente y pensaba que era muy importante tener carácter en la vida". Por otro lado, la pulcritud siempre fue un rasgo característico de su personalidad, no solo representado en pulcros discursos, sino también en las letras, que era otra de sus fortalezas, ejemplo de ello es una carta que escribió para los humildes y que leyó el 15 de febrero de 1948 en Manizales. Por esta razón, su hija escribió un libro llamado “Bolívar tenía un caballo blanco y mi padre un Buick”, ya que este vehículo se caracteriza por su diseño estético.

No se ven retratos de Gaitán en las casas y oficinas de la clase alta, además de referirse a Gaitán como el "indio Gaitán” o el "chino forfeliécer”, pues era ampliamente criticado por su cercanía con la clase trabajadora y por sus iniciativas sociales, en las que creó el desayuno escolar para niños pobres y construyó los primeros barrios obreros de la ciudad. “Gaitán fue el político de su generación que viajaba por el país distribuyendo jabón y pasta de dientes. Suministraba uniformes a los taxistas. Quiso eliminar el uso de las alpargatas y de la ruana, pues a esta la consideraba una prenda mugrosa que ocultaba una suciedad aún mayor”, dice Hebert Braun, politólogo, en Ecured. 

El interés de Gaitán por apoyar diversas causas sociales se debe a su gran sensibilidad, pues su hija cuenta que a veces se sentaba con su padre a escuchar música clásica. Por otro lado, cuando estaba casado con Amparo Jaramillo y esta quedó embarazada, se emocionó mucho y compró muebles, ropa, pintura y demás, y a pesar de que su esposa esperaba un niño él estaba muy feliz de recibir a una niña y paseaba el coche todas las noches por el corredor antes del nacimiento. Su hija cuenta que siempre fue un excelente hombre y padre: “salíamos al Parque Nacional y me enseñaba a respirar. Al terminar, había que tomar un vaso de leche. Tomaba Fitina, comía hígado”, además, acostumbraban llevar todos los domingos azucenas a la tumba de Manuela, la madre del caudillo.

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